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Hace uno días, un gran amigo mío, consultor en área de Recursos Humanos, compartió conmigo el artículo que ahora os incluyo.

Eso nos permitió debatir un largo rato sobre lo que realmente motiva a las personas en su responsabilidad profesional, pero no solo esto, también en la vida.

Muchas empresas consideran que los incentivos económicos son esenciales para que las personas se sientan más incitadas a conseguir resultados, pero, en nuestras experiencias, si bien estos incentivos son valorables, no son ellos los que consiguen lo mejor de cada persona o profesional.

Personalmente he tenido la fortuna de colaborar con empresas que manejaban un estilo quizás muy avanzado para su época, como Texas Instruments , Digital o Apple Computer, y en todas ellas, la responsabilidad asumida iba unida a atribuciones, libertad para organizarse y trabajo en equipo, así como a compartir los valores de la empresa y divertirte/desarrollarte con los mismos.

Si bien existían incentivos variables acorde con los resultados obtenidos, la creatividad, el compromiso y el mayor esfuerzo dedicado era debido mucho más al entorno de trabajo y por la satisfacción de poder colaborar a crear valor para la empresa y sus clientes. Sentirse parte del éxito y con reconocimiento sobre el mismo, era mayor incentivo que el componente económico, y en muchas ocasiones se desestimaban ofertas más atractivas con el fin de poder seguir formando parte de esa aventura empresarial.

Este enfoque, no obstante, exige de un entorno de mayor delegación y atribuciones, con alta participación en las decisiones por parte de los equipos de trabajo. Implica un estilo de dirección con altas capacidades de coaching y manejo de equipos, menos jerárquico y capaz de asumir los retos inherentes a esta delegación, establecer un marco que permita recoger de forma adecuada las experiencias y mejoras que se generen a través de este nuevo estilo de trabajo, haciendo participes a los profesionales y equipos de los éxitos conseguidos.

Daniel H. Pink, en su nuevo libro “ La sorprendente verdad sobre qué nos motiva”  , del cual podemos leer algunas de las conclusiones en el artículo adjunto, desvela parte de sus investigaciones en este sentido.

¿Podemos incorporar este nuevo modelo  a nuestra empresa?