Sin magia y sin trucos, en una época en la que el cliente se ha hecho inmune a los mensajes, el marketing experimental permite la inmersión del consumidor en la marca o los productos. De hecho, “ el marketing da un nuevo giro: el cliente ya no elige un producto o servicio solo por la ecuación coste-beneficio, sino por la vivencia que ofrece antes y durante su consumo”, afirma Bernd Schmitt, considerado el padre del marketing experimental y autor de Customer Experience Managemenet.
Ahora, más que nunca, el marketing experimental se dibuja como una técnica ideal para desarrollar un acercamiento más personal y relevante al cliente, al tiempo que ofrece oportunidades verdaderamente innovadoras para activar la estrategia de marca. A continuación se exponen las cinco fases que debe seguir una estrategia de este tipo:
1 Reunir la información inicial sobre el cliente
2 Planificar el evento
3 Optimizar la audiencia
4 Optimizar el evento
5 Llevar a cabo el seguimiento
La clave está en planificar minuciosamente la experiencia que beneficiará tanto a la empresa como a los clientes. Una vez que el cliente ha disfrutando de la experiencia positiva, es el momento de vender el producto.
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