Pues ya de nuevo en la Navidad, momentos de reflexión sobre este año que acaba, y de ilusiones y proyectos de cara a 2015.
Un año sin muchas sorpresas, un mundo que sigue sin entenderse muy bien, donde solo parece que logra moverse voluntades cuando algo especial y grave sucede, como el ébola, y aun así, con lentitud y miedos. Donde los intereses económicos y políticos privan sobre las personas y las posibilidades de aunar esfuerzos para un mundo mejor.
En España, con una crisis importante de la que no acaba de salir, vemos que en lugar de trabajar unidos para superarla, solo parece interesar como aprovecharla para conseguir réditos políticos a través de la misma. Además, que triste me parece el ir descubriendo la miseria y corrupción de los que nos dirigen, desde la familia real hasta el último de los políticos, y con eso no quiero decir que todos lo sean, pero para mí, si se consienten estas acciones y actitudes, se es cómplice de las mismas, y sería tremendo pensar que además de corruptos y miserables, son idiotas y no se enteran de lo que sucede entre ellos mismos.
Con vistas al futuro, no obstante, podemos adivinar algunas esperanzas, las nuevas tecnologías hacen que las noticias y pensamientos sean compartidos de forma más inmediata, donde casi no importan las distancias o los idiomas para poder comunicarse. Esto permite que, con libertad de expresión y con acceso a la información, podamos descubrir, no solo los hechos indeseables, también aquellos temas que puedan alimentar nuestro corazón y cerebro, mantenernos en contacto con los seres queridos allí donde estén y en cualquier momento, o descubrir nuevos amigos que ni siquiera imaginábamos que existieran. Un mundo mucho más cercano y que permite que la interacción y las oportunidades no tengan fronteras, aunque algunos intentes ponerlas.
En mi caso ha sido un año de viajes, proyectos interesantes y mucho buceo (Costa Rica, Dominicana, Ecuador), compartido con amigos entrañables, de integración intercultural (mi hijo se casó con una tierna damita de origen chino), y como siempre, de nuevas amistades y compañeros de viaje que seguirán ahí para siempre, y además, en este año, “muchas setas”, jaja.
Solo unos deseos finales desde mi corazón: mucho coraje para defender nuestras creencias, luz para que nuestras acciones estén enfocadas hacia mejorar nuestro entorno, fuerza seguir creciendo personalmente, sensibilidad para descubrir cada detalle que hace de esta vida una experiencia maravillosa y amor para compartir intensamente con los seres queridos…..ojalá que con un mundo menos distante en esta cercanía cada vez mayor.
Y recuerda los consejos de la sabia y linda Mafalda, siempre actual.
¡Feliz Navidad!
Solo un breve mensaje que debería inspirarnos a todos, basado en un hecho real y casi desconocido que tuvo lugar la Nochebuena de 1914, en Plena I Guerra Mundial, en uno de los frentes donde británicos y alemanes combatían.
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