BSC2Todos los nuevos programas, iniciativas y procesos de cambio de gestión en las empresas se están poniendo en práctica en entonos gobernados por informes financieros anuales, con visiones trimestrales. Es en si mismo, el resultado del informe anual el que condiciona el establecimiento de objetivos , incluso de los estratégicos de largo plazo.

Sin embargo, cuando las empresas vacían sus existencias de activos intangibles y capacidad, el resultado se ve inmediatamente en la cuenta de resultados. Esto deja claro el valor de estos (como diferenciadores, compitiendo, innovando, vendiendo), que sin embargo no son en absoluto valorados en la contabilidad efectiva de las empresas.

¿Que está pasando?

Se ha materializado un cambio. El cambio están en el sistema . Convivimos con él. Es debido a la especialización, al acceso a la información, a la globalización de los mercados, a la popularización de la tecnología, a un claro aumento de la riqueza, a la presión de la competencia, a la disminución del ciclo de los productos…

Hagamos una retrospectiva de lo que fue y de lo que es:

 ANTES

Los sistemas de gestión estaban próximos a la contabilidad, sistemas contables desarrollados en un entorno donde el éxito estaba ligado al control de los costes de producción. Existía un ciclo de vida de los productos muy largo, por lo que ser el campeón en la comercialización de un producto en un momento garantizaba serlo en un largo periodo. Los cambios en el producto, por otro lado eran relativamente moderados, debido al coste de derivado del propio cambio en la cadena de producción.

 ACTUALMENTE

Hemos minimizado los costes de producción, de forma que han dejado de ser la clave del precio. Existen elevados costes indirectos (I+D+I), logística, …

El ciclo de vida del producto es muy bajo. La capacidad de duplicar una buena idea es no solo alta, sino instantánea. El éxito en la comercialización está ligado a parámetros de calidad, satisfacción del cliente, innovación, penetración en el mercado, marca…El valor del empleado como conocedor y parte del circuito de venta se multiplica en un entorno eficiente, mientras antes se buscaba la realización de pautas repetitivas y simples.

La manera de valorar actualmente a una empresa, pasa ya por poner cifras a cosas que están en el olfato de los analistas (innovación, permeabilidad, implantación, capacidades a futuro…). Normalizar el método pasaría por la realización de una contabilidad de intangibles que contemple datos de futuro (como valor para el accionista, motivación de los empleados, conocimientos, innovación, adaptabilidad, …) además de los puros datos financieros.

BSC como método suple este cambio, proporcionando información no solo de cómo estoy y de que quiero hacer, sino de cómo hacer, cuando hacer y con quien hacer, regulando los flujos del corto plazo y haciéndolos compatibles  con objetivos a largo plazo.

Establece un equilibrio entre:

Medidas financieras y no financieras

Indicadores previsionales e históricos

Actuación interna y externa

Entre objetivos a corto y a largo plazo

 En esta nueva era, de la que en general todos somos conscientes, no conseguimos alinear las medidas de la actuación con la estrategia. Mayoritariamente mejoramos la actuación de los procesos existentes (a través de reducción de costes, mejora de calidad y tiempos de respuesta más bajos), pero no identificamos los procesos que debemos de hacer extraordinariamente bien, ya que aportan poco valor a la objetivación a corto plazo.

El cuadro de mando integral se podrá usar no solo para comunicar estrategia , sino también para gestionarla.

El autentico cambio viene definido por el paso de la era industrial a la era de la información. En la primera, el beneficio se extraía de la economía de escala: eficiente producción en masa de productos estándar. En la era actual, las compañías no pueden obtener ventaja competitiva sostenible únicamente por la rápida aplicación de las nuevas tecnologías, y llevando a cabo una excelente gestión de los activos y pasivos financieros.

El impacto de la era de la información es aun más revolucionarío en las empresas de servicios que en las empresas fabricantes.

La habilidad de una empresa para movilizar y explotar sus activos intangibles, se ha convertido en algo más decisivo que invertir y gestionar sus activos tangibles. A partir de esta explotación podremos:

 Desarrollar relaciones con los clientes que retengan la lealtad y permitan garantizar el posicionamiento en nuevos clientes

Introducir productos y servicios innovadores y deseados

Producir a bajo coste y corto plazo de espera

Movilizar habilidades y motivación de los empleados para la mejora continua

Aplicar la tecnología y las técnicas de bases de datos.


En el nuevo entorno operativo, Las organizaciones se deben enfrentar a:

1.- Compatibilizar la especialización en capacidades funcionales (propias de la era industrial), con la velocidad de los procesos integrados, mas eficaces y complejos.

2.- La generación y distribución de productos en modo factoría, con el ofrecimiento de servicios y productos desarrollados a medida, pero sin pagar el coste de las operaciones altamente diversificadas y de bajo volumen

3.- Competir en entornos globalizados, combinando eficiencia  con una mejora de la sensibilidad hacia los clientes locales

4.- Disminuir el ciclo de vida de los productos lo que minimiza la trascendencia del éxito asociado a la distribución de un determinado producto.

5.- Formar, contratar, convertir a algunos empleados fuertemente capacitados en tareas de especialización funcional, en empleados de nivel que piensen y solucionen problemas, asegurando calidad.

La navegación hacia el futuro más competitivo, más tecnológico y más regido por aptitudes y capacidades, no puede conseguirse si nos limitamos a observar y controlar los indicadores financieros de la actuación pasada.