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Un año más en nuestra vida, y todavía un mundo que sigue sin llegar a acuerdos realmente eficaces para conseguir el equilibrio y bienestar necesario para todos los que lo habitamos.
Tras las buenas intenciones de una estrategia de apoyo a los refugiados de las zonas más conflictivas del mundo, la incapacidad de resolver los problemas allí donde suceden.
Y tras los intentos medio fallidos de resolver las tendencias climáticas (Kioto), llegan las buenas intenciones de renovar los esfuerzos, y esta vez incluso desde la aportación privada de líderes como Gates, Bezos y Zuckerberg con su nuevo fondo hacia energías limpias.
En este mundo donde el conocimiento y la comunicación son ya compartidos en tiempo real, donde cada vez son más las personas que tiene acceso a ello gracias a las nuevas tecnologías, a pesar de que algunos cretinos basan su poder en mantener limitado este acceso, seguimos careciendo de la capacidad de resolver las necesidades más básicas: hambre, salud, libertad, justicia, tolerancia. Ni religiones, ni diplomacia, ni sentido común ayudan a avanzar de forma más rápida y, mientras, creencias de locura insisten en hacernos recordar que casi no somos humanos. (París, Turquía, Siria, etc.) Lee el resto de esta entrada »
Desde BLOGS de El País, por Pilar Jericó | 20 de octubre de 2013
El otro día en un taller de formación sobre liderazgo hicimos un ejercicio en donde uno de los participantes tenía que dar una mala noticia a un colaborador. La situación obligaba a que el jefe previamente se disculpara, pero no lo hizo. Confieso que siempre me ha extrañado ver esta reacción tan habitual, porque los mejores líderes que he conocido saben disculparse y reconocen sus propios errores delante de su equipo. Y siempre que he indagado en el motivo he encontrado la misma respuesta, que podríamos extender a muchos de nosotros: Huimos de nuestra fragilidad y evitamos aquello que nos impida mostrarnos más fuertes de lo que realmente somos (disculpas, gestos sensibles o incluso, empatía). Y aquí está el gran error porque en la medida en que no reconocemos una parte de nosotros mismos somos incapaces de aceptarnos completamente. Lee el resto de esta entrada »